Este libro ha sido escrito para una especie particular de sociedad: una sociedad pacífica, opulenta e ignorante, pero que aspira a la racionalidad. Lo bastante pacífica, de todos modos, para mantener el orden sin necesidad de tropas. Lo bastante opulenta para dedicar una gran cantidad de dinero y personal altamente preparado para manejar a los criminales. Lo bastante ignorante para verse forzada a confiar en la superstición más que en la ciencia para la utilización de estos recursos; pero lo bastante racional, o enamorada de lo racional, para sentir la necesidad de obtener más conocimientos científicos para reemplazar la superstición. Y también lo bastante racional para querer saber cómo enfocar el problema de hacer justicia entretanto, mientras se obtienen más conocimientos científicos; en otras palabras, una sociedad que considera razonable preguntar: «¿Qué actitud racional asumir mientras sabemos más?». El tema del libro es un sistema penal. No es sobre técnicas de tratamiento penal